El Renacimiento: cuando la arquitectura aprendió a pensar
La arquitectura renacentista no solo representó un cambio estético, sino una transformación profunda en la manera de comprender el mundo. Más que una simple recuperación del pasado clásico, fue una búsqueda por entender las leyes que rigen la belleza, la proporción y la armonía. En esta época, el arquitecto dejó de ser un simple constructor para convertirse en un pensador: alguien capaz de unir la razón con la imaginación. Cada edificio renacentista fue concebido como una idea antes que como una estructura, como una reflexión material sobre la relación entre el ser humano, el espacio y la naturaleza. El Renacimiento trajo consigo una mirada científica hacia la arquitectura. El estudio de la perspectiva, la geometría y las proporciones permitió ordenar el espacio bajo principios racionales. Ya no se trataba únicamente de levantar muros, sino de organizar la luz, la forma y la experiencia. La arquitectura se volvió una extensión del pensamiento humano: un intento por t...